La ITV de los... ¿edificios?

¿Sabíais que los edificios pasan ITV? ¿Pero eso no es para los coches?
Tengo familia que viven en Morón de la Frontera, aquí en la provincia de Sevilla, y dicen que antes del verano que viene tienen que hacerle una inspección a su casa unos técnicos o algo así.
Esto empieza a ser preocupante. Primero quieren asemejar las casas a los electrodomésticos y ahora a los coches. Ya mismo las asemejan a la electricidad y nos cobran también por usarla.
Bromeo.
Hombre, si es como dicen, es para ver la seguridad que tienen las edificaciones más antiguas del pueblo, cosa que veo lógica por un lado, aunque ya lo podía hacer el ayuntamiento con los impuestos que pagamos, ¿no?
Me he estado informando sobre el tema y resulta que es algo muy extendido por toda España, la conocida ITE (Inspección Técnica de Edificios). En todas las capitales se hacen, creo, y en los pueblos grandes también.
Esta inspección hay que pasarla cada diez años, al menos en Morón y en Sevilla capital, y si tu casa tiene algún desperfecto te dan unos plazos para arreglarlos. La gente se quejará de que cuesta dinero, pero es por nuestro bien, hombre, que como no tengamos nuestras casas en condiciones se nos van a caer en todo lo alto de la cabeza tarde o temprano.
Tenemos que concienciarnos de que el dinero no es nada en la vida, lo somos las personas, nuestra salud y nuestra seguridad, así que yo veo la mar de bien que se mire por nosotros aunque nos cueste dinero.
Estamos concienciados en que los coches tiene que pasar una inspección, pues ahora los edificios también, y luego los zapatos también si es necesario, que nuestros pies son nuestros.
Saludos a toda la buena gente que me sigue allá por donde voy.

¿Me podré comprar una casa?

Amigos, llevo tres aciertos en el quinigol de esta semana. ¿Me podré comprar la casa de mis sueños? jejeje
Como ayer el Madrid empató a 2 con la Juventus, el Manchester empató a 0 con la Real Sociedad y el Paris Saint-Germain quedó 1-1 con el Anderlecht, pues tengo medio quinigol acertado.
Hoy voy a por el otro medio: el Barcelona debe ganarle al Milán 2-1, el Atlético debe ganar 3-0 al Austria de Viena (ó 4 ó 5 ó más a 0) y el Oporto y el Zenit deben quedar 1-1. ¿Lo veis posible?
Le tengo echado el ojo a una casa ya con etiqueta energética B jaja de lo que os hablé ayer. Hay 120.000 euros de bote, que se me quedarían en unos 60.000 -70.000 aproximadamente cuando desde el Palacio de La Moncloa me crujan a impuestos diciendo que Hacienda somos todos. No, creo que no me podré permitir esa casa, pero bueno, de sueños también se vive jejeje.
La verdad es que eché el boleto un poco al azar, ya que no conozco mucho a los equipos extranjeros. Mis amigos, que son más futboleros que yo, decían que era una barbaridad ponerle al Anderlecht que empataba en casa del Paris Saint-Germain, pues para que veáis jeje. Y también decían que era complicado que en el Real Sociedad-Manchester acabaran sin goles.
Hoy el partido que más dudas tengo es el del Zenit de San Petersburgo y el Oporto, ya que son dos equipos menos conocidos para mí, pero bueno que marque un gol cada uno y que pite el árbitro el final del partido antes de que metan otro. Fácil, ¿no?
Bueno, esta noche veremos si puedo compartir algo con el resto del mundo o no :)
Muchos saludos a todos y gracias por seguirme como siempre.

Las casas son como los frigoríficos, según mi vecino

Jajajajaja, me harté de reir cuando dijo aquello mi vecino Manolito.
Estaba enfadado porque para vender su casa tiene que ponerle una etiqueta como la que tienen los frigoríficos y las lavadoras a cuenta del medio ambiente.
Tampoco es para enfadarse, Manolito, que sólo cuestan unos 200 eurillos. Más cuesta la contaminación, chiquillo.
A mis padres les van a hacer una etiqueta de esas y van a mirarles las fachadas al piso, y dicen que también los aires acondicionados y los termos y todo lo que tenga de calor o frío instalado.
A ellos les sale eso, unos 200 euros, creo recordar. Yo, personalmente, lo veo bien. Hay que mirar por el medio ambiente y las casas contaminan mucho con tanto aire acondicionado y tanta tontería. Pero claro, el aire acondicionado se ha vuelto algo casi indispensable en la mayoría del país (unos por el calor y otros por el frío, yo que soy de Sevilla imaginaos un verano sin aire). Se ha vuelto indispensable prácticamente porque las casas parece que están hechas con papel de fumar, y aíslan poco del exterior. Yo vivo debajo de la azotea y vaya si se nota el frío en invierno.
Una buena reforma de las fachadas y los tejados es lo que tienen que hacer para no gastar ni emitir tanto con las máquinas de aire.
De momento, casi todas las casas tienen malas notas, menos las nuevas, que son construidas con materiales mejores para aislar del frío y del calor.
Se pretende que desaparezcan los aires acondicionados de las casas y de las fachadas, cosa que vendrá muy pero que muy bien a todos, así que ya sabes, Manolito, no te quejes tanto pichita, que es por nuestro bien.
Dejo un enlace a una página que habla de este tema y otro al IDAE, que es el que lo promueve.

Premiere de The Black Book en Berlín


En mayo de e2007, se presentó en Berlín la última película de Paul Verhoeven, The Black Book, (El Libro Negro). La película es, como no podía ser menos, una lección de cine a la antigua usanza, con los típicos toques negros, sórdidos, pesimistas, y sucios, que tanto le gustan al director holandés.

Mi amigo José Luis, antiguo compañero de aventuras de El Sueño Eterno, un programa de cine que hicimos junto con Luis Mi, en la RKV (la radio universitaria Oscense) durante ocho años, estaba de visita junto con su chica. Y como es hombre avenido a este tipo de actos, allí se presentó. Gracias a los pases de prensa que conseguíamos como corresponsales de la RKV, vivímos más de cerca el festival de cine de Huesca, y alguna que otra, ceremonía de clausura, (el momento con Aitana, a la que casi dejo ciega, al dispararle los dos flashes de mi cámara). Ella se mostró también muy abierta, y comunicadora.

Aquí están las fotos que tomó de la premiere en Berlín. (¿Qué diría Humberto José, de todo esto?). Con lo que teníamos que sufrir cada vez que "viajábamos a Los Ángeles" a la ceremonia de los Oscars cada año. El equipo del Sueño Eterno no perdonaba ninguna. La vuelta, como siempre, la teníamos que hacer en Zodiac.
Paul Verhoven, tan pasional, y gesticulante como siempre. Sebastian Koch, muy profesional, y un tanto distante, y Tom Hoffman, un poco a su aire. Carice Van Houten, más delgada que en la película, sin embargo, brillaba con luz propia.


La ra la ra la ra

El otro día estaba haciendo zapping por el Plus antes de irme a dormir. En el canal de cine español, estaban echando "Se armó el Belén", película Española protagonizada por Paco Martinez Soria, en 1970.

La escena en concreto era una pelea en un baile. Todo el mundo se liaba en una gresca monumental, mientras el cantante del grupo les decía al resto de los músicos que "siguieran tocando", ante la desesperación del Sacerdote, que encarnaba Don Paco.

Me vino a la memoria una escena clavada, que vivímos en carne propia, en un pueblo de colonización cercano a Huesca, cuyo nombre sí recuerdo, pero no voy a mencionar, más que nada, porque los tiempos, afortunadamente, son otros.

Finales de octubre del 82. Mi segundo verano como músico pachanguero. 18 años recién cumplidos. Un salón de baile que sonaba fatal, pero que estaba lleno casi en su totalidad. ¿Cómo podíamos sonar en ellos? La respuesta la encontré años más tarde: No se podía.

Una canción tras otra, esa única sesión de baile iba transcurriendo con rutinaria normalidad. Una pareja de chavales, chico y chica, bailaban dando saltos por toda la pista. No creo que tuvieran 14 años, y se les veía majetes. En realidad, no hacían más que empujar a todo el mundo, y finalmente, chocaron contra un matrimonio de mediana edad.

El hombre, fornido y con bigote, como reproche a la actitud un tanto gamberra, pero inocente del chaval, le arreó un puñetazo en la cara. El crío marchó al suelo, ante la desesperación de la chavala que le acompañaba. Otra pareja cercana, le increpó al gorila su actitud. Como respuesta, éste le arreó otro puñetazo al increpador..., y la que se lió.

¡Madre mía! Aquello era el oeste.

Todo el baile estalló en una pelea fenomenal. Gritos, puñetazos por todas partes, las mujeres se tiraban de los pelos, y se arrastraban por el suelo, entre insultos, chillidos..., y nosotros, arriba, tocando el "arriba con el tirorí, abajo con el tirorero...".

Santa inocencia la nuestra. Terminamos el tema, pero el dantesco combate continuaba. "Seguid, seguid tocando", dijo Eduardo, el guitarra del grupo, "como vean que nos estamos riendo, igual suben a por nosotros"...

Así que continuamos tocando cualquier cosa.

La pelea terminó por agotamiento entre ambas partes. Se juntaron dos bodas ese día, y en vez de cantar, y bailar, decidieron liarse a puñetazos. Aragón.

Momentos así, afortunadamente, vivímos muy pocos. En tierras de Huesca, sólo éste. En Zaragoza ya estaban más acostumbrados a solucionar cualquier pequeña diferencia a tortas, cuando no, a pedradas en la cabeza, menuda historia.

Llegamos al descanso, pero el mal ambiente continuaba. Mucho macarreta de pueblo, con escasas luces, molestándonos en el bar, mientras intentábamos mantener la calma.

Al acabar la sesión, recogimos todo rápidamente, y no nos despedimos de nadie.

Y al año siguiente, volvímos en verano, y estuvo bien, como también lo estuvo 3 años más tarde, con otra orquesta.

Había que echarle muchas ganas cada vez que nos subíamos a la furgoneta, que tenía escape de humos en el interior, y no funcionaba la calefacción, para coger la carretera y tirar millas, pero a veces, hasta nos lo pasábamos bien y todo. Pioneros, y cierto sentimiento de camaradería, hermandad, y ganas de tener un material mejor, o de pagar el que habíamos comprado.

Al mes siguiente, me compré un Fender Rhodes, de 120 kilos de peso. Lo tuve 22 años, y aún rula por ahí.